Atracciones creadas por el hombre


Las pirámides son monumentos funerarios construidos hace varios miles de años para depositar los restos de los faraones (emperadores del antiguo Egipto). Estas gigantescas tumbas tienen dos partes esenciales: la cámara sepulcral, en la que era ubicado el cuerpo momificado del faraón, y el templete sepulcral, que consta de varios compartimentos, donde se depositaban alimentos, joyas y otros objetos que, según las creencias egipcias serían utilizados por los muertos durante su interminable viaje al más allá. El mayor grupo de pirámides es el que se encuentra en Gizeh, cerca del Cairo, en el cual se destacan las de Keops, Kefrén y Micerino. Además, se conservan las ruinas de otras 70 pirámides levantadas en lo que hoy es el territorio de las repúblicas de Egipto y Sudán. Sus antecedentes inmediatos fueron las pirámides escalonadas, llamadas así porque sus sucesivas capas o pisos de piedra o ladrillo forman enormes peldaños. El ejemplo mejor conservado de las pirámides de este tipo es la de Sakara, construida hacia el año 2600 a.C.

La pirámide de Keops es la más grande de las tres pirámides de la meseta de Giza, a las afueras de El Cairo (Egipto), es la única de las Siete Maravillas del Mundo antiguo que aún sigue en pie.

Se halla en la ribera izquierda del Nilo, y es la más septentrional. Se considera que dicho monumento fue edificado durante el reinado de Keops o de Koufou, reyes de la IV dinastía, o sea, entre 3.000 y 2.500 a.C. Se supone que Melquisedec o Enoc fueron los arquitectos que trazaron los planos
Por su altura cercana a los 150 metros, y su base de más de cinco hectáreas, no es comparable a ningún edificio levantado por manos humanas, y aún hoy se asombran los arquitectos y los ingenieros modernos el pensar en los medios empleados para acumular tal montaña de piedras.

Unos creen que ésta, junto a las otras dos pirámides, servían como tumbas, otros, como templo, lo cierto es que las tres grandes pirámides de la meseta de Giza están distribuidas sobre el desierto de manera idéntica a como estaban las tres estrellas del "cinturón" de la constelación de Orión, esto según el ingeniero angloegipcio Robert Bauval.








PIRAMIDE DE KEFREN







La pirámide se encuentra en la meseta Giza, en las afueras de El Cairo, donde comienza el desierto.

La construcción de esta pirámide fue ordenada por Kefrén, el cuarto faraón de la cuarta dinastía, hijo de Keops y padre de Micerinos, a quienes están dedicadas las otras dos grandes pirámides del sitio arqueológico. A este mismo faraón también se le atribuye la construcción de la Esfinge; el Templo del Valle, un templo funerario; y la calzada procesional que va desde la pirámide hasta el templo.
Como otras pirámides, esta fue construida para servir como tumba al faraón que ordenó su construcción, y contener su “esencia” para toda la eternidad. Las pirámides eran también una manera en que el faraón demostraba su poder y así permanecía presente aun después de su muerte.
Algunos textos mencionan la creencia de los antiguos egipcios sobre la vida después de la muerte: la forma en que el faraón resucitaba y ascendía al cielo para vivir eternamente entre los dioses, transfigurado en una estrella.

 PIRAMIDE DE MICERINOS




La pirámide se encuentra en la meseta Giza, en las afueras de El Cairo, donde comienza el desierto.
Fue construida durante el reinado del faraón Micerinos (nombre helenizado) o Menkaura (su nombre egipcio) perteneciente a la cuarta dinastía, y aunque las fechas de su reinado no se conocen con exactitud, se estima que subió al poder tras la muerte de su padre Kefren en el año 2514 a. C. y terminó hacia el 2486 a. C.
Como otras pirámides, esta fue construida para servir como tumba del faraón que ordenó su construcción: Micerinos, y para contener su “esencia” para toda la eternidad. Las pirámides eran una manera en que el faraón demostraba su poder y permanecía presente aun después de muerto.
Algunos textos mencionan la creencia de los antiguos egipcios sobre la vida después de la muerte y cómo el faraón resucitaría y ascendería al cielo para vivir eternamente entre los dioses, transfigurado en una estrella.




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